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La palabra dicha

La palabra dicha

Hemos escrito sobre el Programa Nacional Salas de Lectura, podemos resumir que una Sala se integra por diferentes actores, como libros, lectores, mediador y el espacio que destinamos como punto de partida para comenzar a crear una comunidad lectora; si bien, pareciera que la Sala está conformada en su totalidad, falta un ingrediente (no menos importante); hablo del eje temático que se desarrolla en cada una de las sesiones. 


A veces pensamos o creemos que en una Sala o Círculo de Lectura, se basa única y exclusivamente en leer un libro que se elige por la comunidad y que depende del género literario, ya sea novela, poesía, cuento, ensayo; de algún autor en particular o alguna corriente literaria o por algún tema en especial y del cual mencionar algunos ejemplos resulta complejo.


        La dinámica es muy simple, cada lector va leyendo en voz alta un fragmento de la obra seleccionada, cada persona sigue la lectura, ya sea, con su propio libro o compartiéndolo con alguien más o en algún dispositivo electrónico. En algunos casos, no existe un orden para leer, simplemente cada lector hace una pausa en el momento en el que cede la palabra y otro lector puede robar la palabra. 

Hago énfasis al decir robar la palabra, ya que es una expresión verdaderamente hermosa y con algunas connotaciones, cada uno le da el significado que gusta y ello me lleva a pensar a lo que mencionaba Octavio Paz en el poema la Palabra Dicha: 


La palabra se levanta de la página escrita / 

La palabra, labrada estalactita, grabada columna, una a una, letra a letra… /

 Lo que dice no dice lo que dice: ¿cómo se dice lo que no se dice?


Dichos versos ayudan a entender el poder de la lectura y la oralidad en conjunto. Retomando lo mencionado, en otras ocasiones, el orden se establece bajo un sorteo, puede ser por edad o por quién fue el último en leer, es decir, las posibilidades varían acorde a cada grupo. Y es que recordemos que leer es un acto individual. Leer de forma grupal es algo que uno aprende, es difícil, ya que cuando escuchamos a otro leer, puede resultar aburrido o interesante y eso depende de otros factores como la voz, la entonación, la interpretación, la manera de contar, de narrarnos una historia. De pronto es una disyuntiva en los Círculos.

        Algo que hemos aprendido en nuestra Sala es que cuando leemos tratamos de alejarnos del ruido u otros distractores. Respetamos al lector en turno y buscamos actividades que complementen la lectura, es decir, buscar el significado de palabras que no entendamos, hacer preguntas sobre los personajes, la historia y el autor, releer ciertos pasajes del texto y al final, debatir en una lluvia de ideas para tener una mejor comprensión de lectura. No se trata de leer por leer, sino de apropiarnos de las lecturas y compartir con otros.

        Una vez más nos despedimos y les recordamos que pueden visitarnos todos los miércoles a partir de las 16:00 hrs. en el Faro de Aragón. También los invitamos a que se unan a algún Círculo de Lectura, o bien, que inicien el suyo. Nos gustaría saber que más personas comparten libros y saber que estas anécdotas son de ayuda. Sin más por el momento, nos leemos en la próxima.




L. Oliver Miranda Charles

Sala de Lectura ComeLibros

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